Germán Becker: Volver
Películas relacionadas (1)
Volver (1969)
Personas relacionadas (1)

Raúl Matas y cantantes varios. Director Germán Becker. Chilena. 1969.

El primero en preocuparse por una crítica favorable a Volver seguramente sería el propio Germán Becker. Uno se lo imagina apuntando sus dedos índice y meñique en el clásico gesto contra el mal de ojo: no vaya a ser que el diablo del crítico le ahuyente los espectadores.

Puede estar tranquilo el director. No obstante es evidente que, desde Ayúdeme Ud. Compadre, Becker ha aprendido una serie de cosas. Entre ellas, los recursos de montaje que le permiten componer una canción con tomas filmadas en diferentes lugares, también hay aciertos en algunos gags visuales y auditivos por ejemplo, la súbita animación del granadero y una risa que, en la banda sonora se transforma en rebuzno.

La presentación de los números musicales, aunque no exenta de momentos de cursilería alcanza un nivel más  profesional que en el Compadre y, en general Becker tiene un mayor dominio de oficio cinematográfico que en su film anterior.

ercilla3_03121969.jpg

Sin embargo, Volver no alcanza a una película propiamente tal. En parte show y en parte documental turístico no tiene la suficiente unidad ni clima emocional. Becker, un poco a la manera de los cortos tipo Alfombra Mágica de antaño, muestra las catedrales quiteñas, las diabladas bolivianas. Machu Pichu y algunos otros lugares, alternándolos con una abundante cantidad de canciones interpretadas por Pedro Vargas, Chabuca Grandá, Pedro Messone, Los Huasos Quincheros y otros artistas.

La fotografía en colores de Julio Dupaquet en correcta.

No hay intento argumental y el marco lo proporciona el viaje por América del propio equipo de filmación. Hay breves escenas de enlace en que intervienen los propios técnicos y el director (quien no lo hace mal), actúan desde el gerente Peña, de Procine, hasta el productor ejecutivo Parrilla Otro recurso menos feliz, lo aporta Raúl Matas. Su tónica de espontaneidad profesional, generalmente eficaz en la TV, no resulta así en el cine.

Volver no es más que una variante de la fórmula que, en el caso del Compadre se tradujo en un rotundo fracaso de crítica y un éxito igualmente rotundo de público. No se da aquí sin embargo el clima sentimental-patriótico que bien puro se el imán que en aquella oportunidad atrajo a los espectadores. Además hay errores como, por ejemplo, el montaje de Vereda Tropical. La voz de Pedro Vargas trasciende las limitaciones de su físico, y su complementación con un cuarteto de cantantes estuvo fuera de lugar, rompiendo violentamente el clima antañero creado por el artista mexicano. En la presentación de las canciones abunda, en general, un gusto incierto cuya única justificación podría ser pragmática: o sea, que sirva para atraer público.

Lo mismo es aplicable a Volver en general justificación artística no tiene. Su razón de ser el éxito comercial.