Estrenos de la semana: «La Chica del Crillón».
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ESTRENOS DE LA SEMANA

“LA CHICA DEL CRILLON”.-Sello: Studios Santa Elena.

Teatros: Central, Cervantes,Continental y Santa Lucía.

Protagonista: Beverle Bush.

Aquella frasecita inevitable: “La mejor película que se ha hecho en el país” ya nos estaba reventando. La utilizaban sin escrúpulo cada uno de los productores de esos bodrios que se han exhibido últimamente con pretensiones de gran cinta nacional. Por fortuna, al fin hemos conseguido enfrentarnos con una película chilena cuyos anuncios no encierran engaño. La Chica del Crillón” es un film bien coordinado, ameno, ágil, y de un sabor tan confundiblemente chileno como el que experimentamos al masticar un alfajor de las Rengifo.

La novela de Edwards Bellos ha proporcionado a Coke lo que más le hacía falta en sus películas anteriores: un argumento con pies y cabeza. Lástima, eso sí,  que se haya ceñido tan estrictamente al libro, sin atreverse a omitir algunos pasajes, como aquel en que la protagonista aparece descuidando su aseo personal, lo que consideramos la única nota francamente desafortunada del film. Pero, en general, las observaciones más agudas del escritor toman cuerpo en la pantalla en imágenes pintorescas, de certero colorido y cabal intención.

Las trescientas páginas de Joaquín Edwards están narradas objetivamente por Coke en una liviana hora y media, cargada de sugerencias y de exactas observaciones sobre las modalidades de nuestra sociedad. Se ve que el director sabe expresarse cinematográficamente, y que el lenguaje de sus tomas tiene variedad soltura medida y buen gusto.

La falta de ritmo que acusaba “Escándalo” está sorteada en el nuevo film de Jorge Délano en forma feliz. La propia Chica del Crillón se desenvuelve, desde el instante mismo en que se abre la cámara, siguiendo un bien ajustado compás, al que se ciñen los demás acontecimientos sin esfuerzo alguno. La cinta muestra un clima propio en el cual respiran con naturalidad los personajes, los escenarios y hasta las cosas animadas, dentro de la elocuencia que entrañan frente al lente.

No vamos a decir que “La Chica del Crillón” es una obra maestra: pero sí una película hecha a conciencia, con altura. Su mayor reparo está en la lentitud de que adolece en ciertos diálogos y a aveces en el desplazamiento de la cámara. También hay escenas sobran, como la del cortejo fúnebre. Pero del otro lado, hay una serie de merecimientos que la dignifican. Entre éstps y en primer término está la labor de los intérpretes que han sido bien escogidos, especialmente los profesionales de la escena como Blanca Arce, magnífica de realismo y de medidad en su equívoco papel, como, Elena Puelma, aguda, penetrante y cuidadosa de no desbordar la gracia criolla de su rol, y Conchita Busón, acertadísima en su tipo de nueva rica. Por el contrario, los aficionados, como la protagonista, no logran convencer. Berverle-Bush, agraciada con un rostro cautivador y una silueta que hace perder los sentidos, carece, en cambio, de expresividad. Parece vivir en las antípodas del sentimiento. Ni los copetines del Crillón, ni la ancha sonrisa del joven hacendado que por fin la conquista, consiguen jamás encender su gélida fisonomía. Entre los hombres, Poncho Merlet, Marcelo Montero, Fernando Settier y Plácido Martín actúan con notable serenidad y desenvoltura. Cierto que hay otros que resultan afectados, como Grez Silva, quien declama las frases más triviales como si fueran sonoros alejandrinos. Pero estas minucias no afectan al balance de la película.

“La Chica del Crillón” tiene en su haber fotografía, sonido, amenidad, línea artística y una bien dosificada naturalidad en la mayoría de los intérpretes. La cinta hará carrera en los cines del país, divulgando en nombre de Coke como el de un Director con mayúscula. Es el primer film chileno que nos evita el sonrojo y al cual, por el contrario, podemos darle una incera bienvenida.

RENATO.

Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.