En una casa de la calle Dieciocho, de Santiago, se filmó en 1926 la película número cincuenta y siete de argumento que se realizara en Chile.

La dirección estuvo a cargo de Jorge Délano (Coke) y el tema pertenecía a Francisco Huneeus Salas. Ambos interpretaron sendos papeles en esta obra a la cual se cometería el crimen de sacarlo sólo una copia, según declaraciones del argumentistas, quien, al comentar esta antigua producción, habla como hipnotizado por el recuerdo de una empresa que le dejó imborrable huella. Se refiere a su concepción persona sobre lo que debería ser el cine en aquella época, sin letreros que estropearan una escena dramática. Desterrando este sistema prosaico interpretó una larga secuencia en la cual se asistía al desarrollo de su cambiante expresión en los momentos preliminares del fusilamiento, al cual se le llevaba al ser acusado por un crimen que no había cometido él en su papel de Carlos Roca, sino el peligroso anarquista el “Chuncho” Quiroga, interpretado por Coke. La escena, cuyo dramatismo originó desmayos de sensibles señoras en el día del estreno, fue rodada en la penitenciaria con un realismo sobrecogedor. Huneeus Salas, cuando habla de cine, lo hace con un misticismo que sorprende. Uno se queda convencido de que fue un apasionado lleno de ideas interesantes a las cuales lamentablemente nunca tuvo la oportunidad de dar salida. Queda la convicción de que en él hay cierta genialidad desconocida. Pero al parecer su admiración hacia el Séptimo Arte lo aleja de la época actual. Todo lo digno de verse pertenece al pasado. Ahora para él existe la televisión. A ella hay que dedicarle todo el tiempo posible. Hay que aprender televisión. Hay que adentrarse en la televisión. El cine para este apasionado del pasado, el cine se quedó con la carreta, el coche de posta, la diligencia…

El deseo ferviente es que esté equivocado. Sigamos con “Luz y Sombra”, que es al título de la película que nos preocupa.

Al margen de ésta opinión podemos asegurar que gracias al talento de Coke y de Francisco Huneeus Salas ésta resultó ser una de nuestras películas mejores logradas de la época muda.

La parte técnica estuvo a cargo de Roberto Barrington, en tanto que el restote los papeles fueron desempeñados por conocidas figuras de la sociedad santiaguinas. Veamos algunos nombres: María Luisa Amenábar Prieto, Mónica Hurtado, Yolanda Huneeus, Marcela Paz, Helena Huneeus de Lindholm, Gabriela Huneeus de Izquierdo, Isidora Tupper, Marta Petit de Huneeus, Maria Guerrero Cuevas, Enriqueta Petit, Teresa Lyon, Teresa Langlois Délano, Helena Lindholm, Luis Larrazával de Sutil, Olga Amenábar Prieto, el pintor Juan Francisco González, Raquel Ramírez, esposa de Coke, y Federico Helfmann, alto ejecutivo de la Empresa Zig-Zag en aquella época.

Esta cinta, cuya única copia fue llevada por el autor a Buenos Aires, fue estrenada en el teatro Imperio el 18 de mayo de 1926.