El cine en Chile durante 1956

A pesar de que no se filmó ninguna película nacional de largo metraje, el cine chileno no descansa a lo largo de los doce meses del año pasado. Aunque faltan capitales para establecer una industria sólida y de actividad sostenida, nuestros cinematografistas siguen en la brecha. Poco a poco se ha ido creando la conciencia de que el cine chileno corresponde ya a una imperativa  necesidad.  El cine ayudaría a estimular los valores espirituales de nuestro pueblo, le daría aliento, fe, deseos de superación; el cine descubriría nuevos horizontes históricos, folklóricos y artísticos, que contribuirían grandemente a la formación de una idiosincrasia nacional, con características  propias.

A LAS NOTICIAS

Varios fueron los acontecimientos importantes del año cinematográfico. Desde luego, cabría señalar el estudio del proyecto de ley de protección al cine chileno, que en 1956 —gracias al tesón de un puñado de decididos y emprendedores cinematografistas— casi logró transformarse en realidad. Después de redactado, el proyecto fue aprobado en general por la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados. Está en el ánimo de todos que el proyecto se transformará en ley de la República en el curso del presente año. Otro acontecimiento de importancia: el estreno de «Cabo de Hornos«, película de producción hispano-mexicana, que se rodó en Chile, bajo la dirección de Tito Davison. Para satisfacer el entusiasmo de la juventud chilena que desea prepararse en los lides del cine, la Universidad Católica organizó su Instituto Fílmico, que alcanzó relevante éxito. Este organismo, el primero en su género en Sudamérica, entregó el primer contingente de alumnos capacitados para trabajar en las actividades fílmicas.

Por su parte, el Cine-Club, de la Universidad de Chile, aumentó su ritmo de acción. Además de las proyecciones periódicas de películas de calidad, acompañadas con foros, se dio a la tarea de editar una revista y —al finalizar el año— inició la búsqueda de las antiguas películas mudas chi­lenas. Su intención: disponer de un archivo en el que se encuentren los datos para ubicar las primeras producciones nacionales.

Entre los proyectos —que hubo pocos, pero serios— cabría señalarse, en primer término, la filmación de «Simón Bolívar», una superproducción que contará con los aportes económicos de varios productores norte y sudamericanos. Este plan tiene especial significación para nosotros, pues la película se basará en la novela del autor chileno Enrique Campos Menéndez, y uno de los organizadores y promotores de la idea es Hernán Santa Cruz, otro chileno. La intención de esta nueva productora es realizar una serie de films.

Patricio Kaulen —quien con mayor fervor ha sostenido la lucha pro ley de protección— anunció la filmación de «El Capanga», película basada en el relato de Jorge Guzmán, premiado en el concurso de cuentos de «El Mercurio». Esta cinta se rodarla en Bolivia, en la primera mitad de 1957. Finalmente, y siempre en el terreno de los proyectos, Chela Bon manifestó su deseo de producir y protagonizar una película auténticamente chilena. Sólo una cinta de largo metraje se encuentra en estos momentos en filmación: «Personajes», escrita y dirigida por Naum Kramarenco.

En 1956 recibimos pocas visitas. La más espectacular e interesante fue la de Christian-Jaque, el director francés, quien vino acompañado de su esposa, la actriz Martine Carol. Ambos manifestaron —seriamente— su intención de producir en Chile. Aún no abandonan su proyecto. Una nueva productora de documentales entró a la arena cinematográfica: el sello «Vega Querat», que estrenó algunos films de alta calidad. Participan en la compañía: Rafael Vega Querat, Patricio Kaulen y Andrés Martorell.

Finalmente, y a lo largo de todo el año, tuvimos la regular contribución del noticiarlo «Emelco», que, en la mayoría de los casos, presentó notas de gran interés…, especialmente en los últimos nú­meros, en que —incluso— agregó colaboraciones de camarógrafos del extranjero. Cuando los presidentes de América se reunieron en Panamá, «Emelco» editó un reportaje cinematográfico llamado «Cita en Panamá», que mereció elogiosos comentarios. Aparte de la labor, «Emelco» siguió entregando regularmente documentales descriptivos de la industria nacional. Gran parte de los buenos técnicos, forjados en las lides del cine chileno, trabajan para «Emelco».

Al cerrar el año, José Bohr arreglaba sus maletas para trasladarse al Perú, en donde iniciará la filmación de «Chamorro Levanta el Vuelo» —protagonizada por Eugenio Retes—, que se rodará en Chile y Perú.

Así ha sido, pues, la historia del cine en Chile durante 1956. Como se ve, ella revela sostenida actividad… y, sobre todo, superación.