De detective a cineasta
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Su juventud y su aspecto de latin lover –que niega sonriendo, pero que produce el milagro en las periodistas de oposición de criticarlo sin maltratos- bien podría ser su única relación aparente con el cine. Los hechos espectaculares que protagonizó como Director General de Investigaciones, desde el exterminio de la cabeza visible y más activa de la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), después del asesinato de Edmundo Pérez Zujovic, hasta su querella personal con periodistas de oposición, en que se registraron pugilatos y palabras violentísimas lo sindican más como actores de hechos con características cinematográficas, que como principal responsable de una empresa estatal dedicada al cine.

Pero el destino le tenía reservada esta misión a Eduardo Paredes (34, casado, dos hijos), y desde comienzos de febrero es el nuevo “capo” de Chile Films. Asegura que “para hacer cine se necesita ser cineasta, no para ser presidente de Chile Films”.

A los 26 años se tituló de médico y durante sus estudios fue profesor ayudante en la cátedra de Salud Pública. En 1964 el gobierno francés le otorgó una beca y en ese país obtuvo el título de Licenciado en Salud Pública.

Miembro del Comité Central del Partido Socialista desde hace cuatro años, por cuya razón “debe asumir las tareas de Gobierno que se le encomiendan, sin chistar”, manifiesta que sus conflictos con los periodistas provienen “de un problema de ética”, precisando que permite cualquier cosa, menos que se mienta y se orquesten campañas malintencionadas.

Desorden

A ERCILLA contestó con fluidez y cordialidad, demostrando sentido del humor y mucha “cancha”, si bien de repente protestó por la inclusión de algunas preguntas que estimó “malintencionadas”. Pero reconoció que se le brindaba una buena oportunidad para aclarar conceptos ante la opinión pública. Así respondió.

¿A qué se debió su nombramiento sin antecedentes públicos que lo vinculen al cine?

-Reconozco que no tengo antecedentes que me vinculen al cine. Para hacer cine se necesita ser cineasta, pero no para ser presidente de Chile Films. Mi papel es organizar la empresa y buscar los mecanismos para que otras personas hagan cine. Esta actividad debe ser rentable, deben impedirse el derroche y el desorden, lograr el mejor rendimiento de la capacidad instalada. A mí se me ha atacado mucho, pero jamás se ha dicho que investigaciones estuviera mal durante mi jefatura, o que yo fuera deshonesto. Además, como médico, en Salud Pública, en Chile y en Francia, también aprendí a administrar. Chile Films estaba en crisis financiera, moral y administrativa, y se consideró que tenía la capacidad para organizar este caos. El Partido me encomendó la tarea y mi única obligación es cumplirla lo mejor posible.

-¿Cree que tiene las condiciones para echar a andar tan pesada máquina?

-Espero tener las condiciones. Deseo tenerlas y espero no fallar. Por lo demás, esta máquina por muy pesada que parezca es más liviana que la de Investigaciones. Claro que no tiene la rigidez de la Administración Pública. Cuando se llega a un servicio público es muy poco lo que puede hacer para cambiarlo. En este sentido, la preocupación es otra, el logra un buen servicio, pero con una máquina perfecta. Chile Films en cambio es un desafío, difícil de manejar por lo desorganizado, pero fácil de “hacerla de nuevo”, porque antes nada existía.

-De acuerdo con esta política de “hacer de nuevo”, ¿habrá despidos de personal?

-Se despedirá por lo menos el 26 por ciento. Por ejemplo, el equipo montable se da de baja con esta nueva fecha -15 de marzo- para contratar menos. Esto no fue arbitrario, se hizo con acuerdo del Consejo de Administración y del Sindicato de Trabajadores porque había demasiado desorden.

-¿Qué opinión tiene sobre la forma como ha funcionado Chile Films y cuales son sus planes inmediatos?

-Como ya lo he dicho, ha habido mucho desorden. Toda empresa tiene una columna vertebral alrededor de la cual se desarrollan las demás actividades. Nunca fui Director de Investigaciones antes, y durante mi gestión se produjeron beneficios en lo que respecta a mejorar el Servicio. Se mejoraron las remuneraciones y se dotó de material más moderno a todas las unidades. Esta empresa, Chile Films, no tiene equipo administrativo. Nunca en su historia de más de treinta años existió una Oficina de Personal. No hay, entonces, escalafón, asignación de tareas y responsabilidades. Sobre esto último he ordenado uno que está resultando tenebroso. Como no hubo Oficina de Adquisiciones, los equipos entraban y salían “a lo amigo”. La Contabilidad estaba pésima. Por lo tanto, tampoco ha habido Presupuesto. He ordenado hacer uno en tiempo record que se presentará en el curso de este mes al Ministro Flores, con ítem lo más estrictos posibles.

-¿Se continuará con los mismos proyectos de realización, específicamente en lo que concierne al rodaje de las películas millonarias Balmaceda y Manuel Rodríguez?

-No se seguirá con ellos. Tales proyectos se liquidaron al segundo día de mi llegada. Las dos películas iban a costar inicialmente ochenta millones de escudos. Era una locura. De todas maneras, se harán largometrajes, pues estoy convencido que la única manera de demostrar al país que Chile Films existe, es haciendo este tipo de políticas.

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Cine político

-¿Qué injerencia ha tenido la empresa en el documento sobre el Cordón Cerrillos que ha filmado recientemente Patricio Guzmán?

-La película es, efectivamente, de Chile Films. Se rodó en octubre del año pasado durante el paro nacional. Se basa en un trabajo con obreros que son “una parte” de las personas que estuvieron con el Gobierno durante el paro. Aclaro que también estuvieron con el Gobierno empleados, estudiantes, profesionales, pobladores, jóvenes, militares, etc. El filme se realizó en el Cordón Cerrillos por razones técnicas y económicas, pero en realidad representa a todos los obreros de Chile. Se llama La Respuesta. Pero esto no significa que haya trabajado en él personal de Chile Films. Los estudios no tienen planta de directores, actores o guionistas, sólo productores, que supervigilan la parte financiera. Por ello el sistema de trabajo es que se llega a tratos con el realizador.

-¿Continuará con los talles de cine?

-No se seguirá con tales talleres. Sin que se trate de algo personal, creo que contribuyeron al desorden general. Por lo demás, Chile Films no tiene por qué hacer concurso de guiones. El que tenga un guión que lo traiga y aquí veremos si lo filmamos.

-¿Qué entiende por cine político? ¿Es partidario que Chile Films se dedique a realizar este tipo de películas?

-Todo cine es político. Doris Day con Rock Hudson besándose en la alcoba de su casa, es un modo de publicitar el “american way of life”. Todo cine representa, en definitiva, la ideología de una clase.

-Y a los noticieros, ¿se les dará una nueva orientación? ¿Cuál es la tarea que ellos deben cumplir en una política cinematográfica revolucionaria?

-Me parece peyorativa la frase “política cinematográfica revolucionaria”. El Noticiero cumple la misión de informar al país de acuerdo a los intereses del Gobierno. Todos los Gobiernos lo han tenido, puede hacerse con talento y sin talento, a veces se llega al cretinismo. Se mantendrá el Noticiario.

-¿Estima que el cine es un vital instrumento de cambios? ¿Cómo entiende esto en relación con su compromiso de militancia política?

-El cine, igual que todo el arte, es un instrumento de clase. Como tal, hasta puede ser lo contrario de un instrumento de cambio, puede utilizarse para mantener el status quo.

Películas

-¿Qué porcentaje dentro de las actividades de Chile Films debe ocupar la distribución, que parece llenar la totalidad de las laboras de la empresa?

-La Distribuidora es sólo una parte, tiene poco personal, cumple bien su función y proporciona recursos. Cumple, además, una función cultural.

-¿Habrá concurso de guiones?

-No, el directo se elegirá de acuerdo a las necesidades técnicas de la empresa.

En 1971 salió de Chile Films El compañero Presidente. En 1972, Operación Alfa, que debe considerarse independiente, más algunos documentales de dudosa calidad y los noticieros de ambos años. ¿Estima que esta producción es suficiente para la etapa recién pasada? ¿A cuánto piensa aumentarla en su gestión?

-No encuentro suficiente tal producción. Se aumentará a un noticiero a la semana en el segundo semestre de este año y dos largometrajes a fin de año. Además, se rodarán documentales, y se continuará con el cine de animación a modo experimental.

-¿Estima que la solución financiera de Chile Films sería la coproducción extranjera?

-La coproducción es un desastre para Chile. La solución financiera no puede exigirse de golpe. Además no es forzoso que una empresa pública sea rentable; los Ministerios de Salud y de Educación no lo son, por ejemplo.

De los cincuenta anuncios de filmes extranjeros que publicó Chile Films en la prensa a comienzos de 1972, sólo se han exhibido quince y no se han anunciado nuevos. Es un hecho, entonces, que la Distribuidora, en más de un año de actividad, no ha podido suplir la crisis producida por la impasse con las distribuidoras norteamericanas. Reconociendo que el asunto es complejo, el público quiere saber si ustedes están en condiciones de traer películas como El padrino, Cabaret y La naranja mecánica, por sólo nombrar las más antiguas?

-Este año ingresaremos al país ciento cincuenta películas. Varios premios de Cannes y Oscares. Ninguna de las nombradas. Esas no, porque los yanquis nos tienen bloqueados. Chile Films paga lo que pidan, pero ellos no quieren. Entre los buenos títulos tenemos El jardín de los Finzi Contini, de Vittorio de Sica, y El mensajero del amor, de Joseph Losey. Tampoco quieren vender El último tango de París. Pese a todo, este año, Chile Films va a ser la mejor distribuidora nacional.