CONTROL DE ESTRENOS: “Si Mis Campos Hablaran”
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Nunca antes una película nacional había presentado una sucesión tan extraordinaria de magníficos paisajes de las tierras australes de nuestro país. Sin duda, es el mayor mérito cinematográfico de “Si Mis Campos Hablaran”. La historia es simple, desarrollada en un argumento cinematográfico más o menos bien realizado, sobre los primeros colonos que llegan a las tierras cercanas a Valdivia y Osorno. La recepción que les tributa el visionario y patriota Vicente Pérez Rosales y luego las peripecias dramáticas de los hijos de aquellos colonos, basaron los diálogos y escenas de acento patriótico. “Si Mis Campos Hablaran” es una película que merece los aplausos unánimes. Tiene errores fundamentales, pero tras ella se esconde una intención nombre que hasta ahora había sido desconocida en nuestra industria. Su música, escrita por Donato Román, busca efectos que tampoco habían sido logrados anteriormente en nuestro cine. Cuando los ojos de los colonos divisan las nuevas tierras desde la borda del barco que los ha traído desde Europa, la música de fondo, con un ritmo lento, majestuoso, canta los primeros versos de la Canción Nacional. La fotografía que Ricardo Younis logra en “Si Mis Campos Hablaran” es una de las mejores que se han podido ver en las cintas nacionales. Los errores de la cinta disminuyen por calidad fotográfica, por el fondo musical y por el deseo que la película trasluce de realizar algo más que una producción simplemente comercial. La dirección es débil; la actuación pareja y regular. “Si Mis Campos Hablaran” abre un camino que hace tiempo debió seguir la industria cinematográfica chilena para lograr un puesto de cierta importancia dentro del mercado latinoamericano del cine.