Cine criollo: Amanecer de Esperanzas
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Cine criollo

AMANECER DE ESPERANZAS

El título de esta película chilena, pasada antenoche en el teatro Santiago en provado, es un verdadero vaticinio, favorable por cierto a la cinematografía nacional y a las condiciones de director de Miguel Frank.

Es una película corta, de argumento sencillo, compuesta sin pretensiones de “gran producción” y por lo mismo, agradable de ver.

Agradable también en su música, especialmente tres canciones que interpreta con sentimiento y bonita voz María Eugenia Guzmán. A través de ellas se ve la experta dirección de su madre Consuelo de Guzmán.

Vicente Bianchi en colaboración con Buddy Day, que han estado a cargo de la parte musical de la cinta, tampoco pusieron pretensiones en su labor; se limitaron a realizarla con honradez y con sinceridad, lo que está muy bien.

Otra observación que nos merece esta película tiene relación con el diálogo del guión. Se nota en él falta de práctica, poca fluidez en algunos pasajes, que empañan un poco el desarrollo del argumento.

Rogel Retes ha hecho de su papel una verdadera creación: el artista ciego que regresa de Europa con su familia y que después, gracia  al intervencipon de un médico joven recobra la vista, está estudiado en sus menores detalles, compuesto de sobriedad y una riqueza de matices que logran dar toda la intensidad dramática a la película. Labor que se destaca también es la de Ernestina Paredes. Viendo el trabajo de ambos se puede apreciar exactamente la distancia y el contraste violento que hay entre los actores profesionales y los aficionados que se inician.

La parte técnica de la película está bien conseguida. Hay excelentes fotografías y buenos encuadres que revelan un director de buen gusto y que pone dedicación a su tarea. Tampoco hay alardes de escenarios: con elementos, si se quiere pobres, por conocidos, logra conseguir buenos efectos manteniéndose siempre dentro de un marco de sobriedad.

Insistimos: es una película que se con agrado.

Alguien, antes que empezara a pasarse en el Santiago notó que un muchacho insistúa ante Lucho Fuentealba, el Administrador del Teatro, en que los porteros no debían dejar pasar sino a las personas que llegaran con invitación.

-¿Quién es ese mocoso que se mete en lo que no le importa?, le preguntaron a Fuentealba.

-¡Cuidado! No lo vaya a oir…Es Miguel Frank, el director de la película…

Ese “mocoso”, va a aser un gran director.

EL TRASPUNTE INDISCRETO

 Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.