16 mm: la pantalla nómade
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En organizaciones comunitarias y sindicales, dentro v fuera de Santiago, el Departamento de Cine de la “U” y su Cineteca presentaron 337 funciones para cerca de 200 mil espectadores entre enero y agosto de 1972. Es el comienzo de un circuito en 16 mm., campo en . cual también se espera que próximamente opere Chile Films. El cineasta Carlos Flores (prepara actualmente “Descomedidos y Chascones» sobre la juventud) entrevista a los dos proyetoristas de la «U» sobre sus experiencias.

-¿Qué pueden contar acerca de su trabajo?

ANDRÉS QUINTANA: Ese tipo de películas como Alcoholismo y Desnutrición Infantil han sido un impacto en la población, porque había mucha gente que ignoraba esas cosas. Se nos ha pedido que ojalá sigan haciendo estos temas, pero ahondando   mas.

¿Y tú qué opinas, Lucho?

LUIS GALVEZ: Al principio, cuando empecé a proyectar en Hirmas, tenía sus 15 a 18 personas. Después, poco a poco, la gente fue tomando más peso a las películas, y ahora tengo un público que no baja de 120 a 140 personas.

-¿Qué películas proyectan?

GALVEZ: Tanto largos como cortos. O sea, películas hechas por el mismo departamento de cine, como Venceremos, No nos trancarán el paso, Mijita, Nutuayin Mapu, Alcoholismo. En cuanto a largos, Ukamau y Yawar Mallku de Sanjinés, La sal de la tierra y Manuela.

“Teníamos una película muy buena que ahora está rota, era Fidel y también hay un festival de Chaplin para los chicos.

-¿Estás contento con trabajo de proyectorista?

GALVEZ: Sí. Me da tantas satisfacciones como pequeñas amarguras.

«Las satisfacciones, cuando veo un local repleto en poblaciones, centros comunitarios, juntas de vecinos. Las amarguras vienen cuando hay apenas 5, 6 ó 7 personas viendo la película. Entonces da no se qué proyectar. Como cuando proyectábamos en la Sala de la Reforma en la Facultad de Música. Asistía tan poca gente que se dejó de hacer esas funciones.

QUINTANA: Yo puedo contar otra experiencia. Hace poco me tocó una proyección en un liceo que está en Conchalí, al final. Fui a dar Alcoholismo. Eran pura gente joven. Al principio era pum risa; se reían de los curados. Después cambiaron y se hizo el foro.

“Cuando uno proyecta una realidad de la gente, se interesan.

-¿Cómo planificarían una distribución en 16 mm?

GALVEZ: Primero, habría que hacer un curso para proyectoristas y, segundo, tener más máquinas proyectoras, porque son escasas.

QUINTANA: Es cierto. Deberíamos tener más equipos y muy especialmente un vehículo para poder hacer más proyecciones. Y está la escasez de películas. Así que prácticamente existe el puro material que se produce aquí. Por lo que se ve es bien poco, porque el presupuesto no permite más.

¿Hace un aporte el cine documental chileno?

GALVEZ: Claro que si. Después de esas películas siempre se hacen foros, se empieza a sacar conclusiones de cómo estábamos a como estamos.

QUINTANA: Pero yo creo se podría profundizar más en los argumentos de las películas. Por ejemplo, fui variar veces a Textil Progreso a enseñarles a marcar una proyectora que tienen. Conversando con ellos salió la idea de por qué no se hacían películas, como ser la vida de una fábrica. Mostrándolos a ellos mismos de actores. Yo creo que el departamento aquí puede hacer esas películas.

-Lucho, ¿en qué trabajabas antes?

Era tapicero de automóviles. Cuando me casé, entré a la Universidad. Llegué al Canal 9 como auxiliar. Aprendí audio y fui boom-man. Después me trasladé al Departamento de Cine y me empecé a especializar en máquinas de proyección.

¿Y tú, Andrés?

QUINTANA: Trabajé 18 años en una distribuidora de películas. Antes fui acomodador y proyectorista sin carnet, lo que me significó varios llamados de atención de Servicios Eléctricos.

quintarueda3_01101972.jpg-¿Qué  diferencia hay entre tu antiguo trabajo y éste?

QUINTANA: La satisfacción que dar ir a poblaciones, centros de madres, sindicatos, es más, porque uno participa con la misma gente. Uno se siente como el realizador de la película. Porque las críticas se las hacen a uno mismo. Dicen: “Compañero, haga este tipo de película o este otro».

GALVEZ: Más que todo, quieren verse proyectados. Piden que vengan a filmar. Entonces empiezan a discutir, porque unos dicen que les van a ver la miseria y otros dicen que de eso justamente se trata. No tienen claro como desean la película. Solamente quieren verse.

-¿Qué temas debería abarcar el cine chileno?

QUINTANA: Creo que ustedes deben tener mucha visión para ver los problemas sociales. Para que se vea el cambio social. Para que la gente participe más, para educarla.

-Y esto se puede hacer con el cine.

GALVEZ: Yo creo que en el Departamento se está cometiendo un error. Esperan que vengan a pedir películas. ¡No! El Departamento debe ir a proyectar, sin esperar que nos vengan a buscar. Hay que salir.

-¿Cuál ha sido tu mejor proyección?

GALVEZ: Depende de como uno lo mire… Bueno, por ejemplo cuando fui a dar la película «Manuela» en la Plaza de Puente Alto. Yo calculé unas 8 mil personas, pero Carabineros dijeron que eran 11 mil. Después se hizo una marcha en la plaza. Yo guardé los equipos y me integré a la marcha. Estaba tan nervioso y emocionado que por poco no lloro.

¿Cómo ven el cine chileno?

QUINTANA: Le falta profundidad. Por ejemplo. Alcoholismo. La gente que la ha visto dice que le falta llegar al fondo. Que toque la raíz. Y yo creo que ustedes pueden llegar al fondo.

¿Este seria un problema general?

QUINTANA: Yo creo que sí. Son superficiales. Es como decir: éste es el diablo y nada más. Yo creo que se pueden hacer muchos tipos de películas para educar al pueblo Pero el material que existe es muy poco.

GALVEZ: Claro, es muy poco.