“15 MIL DIBUJOS” – Exhibida en privado el sábado 19 en el teatro Cervantes. –Dibujos animados. –Realizadores: Carlos Trupp y Jaime Escudero.
Una sorpresa grata, “15 mil dibujos”, primer film de dibujos animados que se proyecta en Chile, merece el más cordial estímulo de todos los públicos. Sería absurdo exigirle madurez de técnica, la perfección de desarrollo, el ritmo justo de los “cartoons” que nos envían Disney y Fleicher. El sólo hecho de haber conseguido realizar esta tarea, sin los elementos maquinados a mano, teniendo que solucionar toda clase de dificultades técnicas y pecuniarias a través de años de estudios, trabajo y disciplina, compromete nuestro interés y nuestro aplauso. Jaime Escudero y Carlos Trupp, dos muchachos de auténtica calidad artística, han llevado a término una labor tan ceñida de entusiasmo, tan eficaz y talentosa que, desde ya, los señalaremos como los futuros realizadores de verdadero cine nacional.
Los personajes creados por Escudero y Trupp llaman la atención por la fina línea humorística y la arraigada propiedad de ser símbolos de la vida chilena. Allí están: el Cóndor “Copuchita”, el Huaso “Ño Benaiga”, el caballo “Vivo el ojo”, el puma “Manihuel”, el poroto “Koskorrón” y la heroína de los “cartoons”, “Clarita”, un canto plástico a la mujer criolla. La cinta está dividida en argumento con actores vivos y dibujos, siendo superiores éstos a aquel.
Consideramos un deber de nuestra parte mencionar a todos los participantes de “15 mil dibujos”, por el entusiasmo desplegado en el film y porque, a pesar de no haber actuado nunca en el cine, aportaron sus simpáticas condiciones histriónicas. En primer lugar al equipo de dibujantes: Javier Riesco, Aldo Folch, María Nuño, Alicia y Adda von Krugger, Santiago Alegría, Guido Niño de Zepeda, Guido Alessandrini, Fresia Vergara, Hermanas González, hermanos Arestizábal, Arnaldo Cuadra. Actores: el conjunto folklórico “Los Quincheros”, que se desempeñan con desenvuelta gracia y oportunidad, Edmundo Barbero, Djenana Garbarini, Víctor Hugo Ferrufino, Guido Folch, Carlos León.
En cuanto al movimiento de los personajes del “cartoon”, hay una chispa de picardía criolla que se insinúa en sus deslizamientos y gestos, un acertado humorismo, una gracia peculiar que hace de cada línea boceteada. Se advierte desde el primer momento que los creadores de este film son temperamentos juveniles, ágiles, dueños de imaginación y poesía. No es difícil asegurar que, con el tiempo, serán dueños y señores de este campo del cine que ahora han iniciado con tanto sacrificio. Los defectos de hoy, productos del primer ensayo, desaparecerán en sus próximos trabajos ¡Adelante!
SANTIAGO DEL CAMPO.
_____
Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.
